No nos engañemos. Si te conviertes en usuario
de la red social creada por Mark Zuckerberg estás haciéndole el juego a su
negocio. Pero nadie te ha puesto una pistola en el pecho, así que quejarse no
tiene sentido. Es más práctico aprovechar lo que Facebook tiene de bueno, que
es mucho, a la vez que proteges tu intimidad. Puedes lograrlo si sigues estos
consejos:
- Lee la política de privacidad con atención para saber qué clase de información registra sobre ti.
- Tu intimidad no está protegida por defecto. Es un fastidio, pero tienes que meterte en cada uno de los apartados de configuración e ir marcando quién quieres que vea tu información personal, quién puede contactar contigo, etcétera. En la sección de privacidad aparecen más opciones: quién ve tus fotos, tus comentarios en entradas de otras personas, tus me gusta...
- Si no quieres que sitios como Google indexen por defecto tu perfil y salga en la lista de resultados al meter tu nombre en el buscador, debes explicitarlo en la sección ¿Quién puede buscarme?
- En la web de Digital Advertising Alliance puedes optar por que Facebook y otros gigantes como Google te saquen de su lista de destinatarios de publicidad personalizada.
- No compartas tu localización: es una carnaza excelente para dirigirte anuncios a medida.
- Deja de etiquetar a amigos. Les harás un favor al no facilitar la creación de plantillas de su cara para el reconocimiento facial.
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